jueves, 21 de enero de 2016

DIVIDIENDO ESPACIOS; CREANDO AMBIENTES.

En alguna ocasión me han solicitado decorar muros que dividen espacios diáfanos, con el objetivo de crear dos ambientes. La vidriera se presta como una buena y original solución para terminar de conformar esos muros divisores, que generalmente se encuentran en apartamentos, estudios o lofts. Mano a mano con el cliente, como siempre, se plantean distintos diseños para cada uno de esos muros divisores. Aquí cuatro ejemplos, espero os guste:





martes, 12 de enero de 2016

SOMBRAS CHINESCAS



Las sombras chinescas son el precedente del teatro de sombras el cual tiene una larga tradición en Asia. En China se desarrolló a partir del siglo VII. No hace mucho tiempo, tuve la ocasión de disfrutar uno de estos espectáculos teatrales y quedé maravillado. Tanto me gustó que sirvió como inspiración para la creación de una serie de lámparas.

Recuerdo que en el espectáculo me enamoraron unas figurillas que representaban bailarinas girando al ritmo de música clásica. Al poco ya estaba diseñando una lámpara que contuviese algún tipo de figura que tuviera la fuerza, a la par que delicadeza, de esas bailarinas. Era año olímpico, y siempre me fascinó la gimnasia rítmica. Hay va el resultado...




Después vinieron las figuras etruscas. A los clientes les gustó mucho la lámpara de las gimnastas, pero querían que las figuras hicieran referencia al mundo antiguo, concretamente al mundo greco-romano, puesto que habían pensado en regalar dos lámparas a una amiga arqueóloga como regalo de boda. Así que, manos a la obra...



























  

























miércoles, 6 de enero de 2016

LA VIDRIERA, ROMANTICISMO Y MODERNISMO: UN NUEVO AUGE.


   El siglo XIX representa el resurgir del arte de la vidriera. Se vuelve a revalorizar la Edad Media y se quieren recuperar las técnicas y las imágenes de esta época. El primer cuarto de siglo será un periodo experimental donde se formarán nuevos artesanos. Comienzan a tener importancia los químicos que estudian las propiedades de los componentes del vidrio.

   La vidriera inglesa está en pleno proceso de experimentación y hay artistas como el arquitecto Augustus Pugin que realizó abundantes cartones en colaboración con su socio, el artesano John Hardman. Se busca la recuperación del esplendor de la iglesia, lo que hizo que aumentara la demanda de vidrieras para los edificios de culto. Muchos talleres trabajan en la producción de vidrieras en este periodo, como Burlington & Grylls o Clayton & Bell. Cuando surge el interés por recuperar este arte en Inglaterra no había ningún tipo de vidrio que por su calidad fuera apropiado, por lo que Charles Winston, abogado inglés y maestro vidriero, hace analizar en un laboratorio químico la composición de un vidrio medieval, llegando a la conclusión se que las zonas de luz del vidrio tendían a ser siempre transparentes, y con la colaboración de la manufactura de Whitefriars, de James Powell & Sons, consiguió un vidrio que casi superaba el de las iglesias medievales. Otro artista inglés fundamental en la recuperación del arte de la vidriera es Thomas Willement, especializado en vidrieras heráldicas para conmemoraciones de grandes gestas.

   En Francia se crea un taller de pintura sobre cristal en la Manufactura Real de Sèvres. El químico Alexandre Brongniart es requerido para que descubra la fórmula del vidrio medieval, pero no consigue resultados y la manufactura sigue trabajando con el esmalte sobre cristal. Algunos de los encargos que recibía provenían de la realeza como las vidrieras de la capilla funeraria de los Orleáns en Dreux. En Sèvres se trabajaba en la elaboración de los cartones con artistas de gran nivel, como Delacroix o Viollet-le-Duc. A partir de los años treinta del siglo XIX nace otra manufactura, la de Thibaud y de Thèvenot en Clermont-Ferrand, donde se adaptan la iconografía y el estilo de varios vanos de la catedral de Bourges para las vidrieras de este edificio. En este taller se aplican los métodos medievales en la elaboración de las vidrieras. El gobierno francés apoyó un taller de vidrieros que durante tiempo se dedicó a copiar pinturas antiguas o dibujos de artistas conocidos. Con esta iniciativa surgieron en Francia muchos maestros vidrieros, y se pasó de tres talleres a más de treinta, como el de Antoine Luzón, Maréchal de Metz y Henri Gerente.

Catedral de Bourges

   En Alemania, a principios de siglo, tenemos a Michael Sigismund Frank que se convirtió en el director del Real Estudio de pintura sobre vidrio Bávaro en 1827 fundado por Luis I de Baviera, quien fomentó el resurgimiento de las vidrieras en el país. Este taller se dejó influir por los artistas italianos del siglo XVI y la temática bíblica fue la más utilizada.

   Entre 1840 y 1850 Europa vive su máximo esplendor en la recuperación del arte vítreo. Surgen numerosos talleres por todo el continente, como el de Giuseppe Bertini en Milán o Max Ainmiller y Frank Mayer en Alemania. Los pintores llamados nazarenos son fuente de inspiración para los artistas europeos de vidrieras, ya que sus obras mostraban colores planos y unos contornos marcados. Se continua con la experimentación para lograr una mejor cualidad lumínica y, en 1845, Gustave Bontemps fabrica un vidrio de doble capa que permite trabajar en él con incisiones. También es un momento en que permitirán dar a conocer los resultados que facilitarán el avance en las investigaciones posteriores.

   El sentimiento romántico propicia una voluntad de recuperación del pasado para encontrar la identidad propia de cada país. El Romanticismo significa una crisis, una convulsión en el espíritu europeo, una rebelión. El simbolismo nace de este movimiento que se manifestó en diversos países. Odilon Redon en Francia y el grupo de los prerrafaelitas (William Holman Hunt, John Everett Millais y Dante Gabriel Rossetti) en Inglaterra, se interesan por el arte de las vidrieras. A partir de 1856 Rossetti se vincula a William Morris y Edwar Burne-Jones para crear en 1861 la empresa Morris, Marshall, Faulkner & Co. Con la idea de competir tanto en calidad, como en precio, con las industrias monopolistas. Su actividad comercial incluía la decoración de paredes, diseños con motivos arquitectónicos, metalurgia, muebles, tapices y vidrieras.

   En América, la introducción de las vidrieras en la decoración de las casas se puede atribuir casi por completo a Louis Comfort Tiffany. Durante su estancia en París conoció el color del arte árabe y se decidió a viajar por España y el norte de África. Observó entonces que las vidrieras medievales eran demasiado oscuras y que necesitaban colores más vivos. Tiffany quiso conseguir un vidrio con la misma intensidad de los colores medievales y la misma textura que los orientales. A lo largo de varios experimentos con óxidos y diferentes métodos de cocción, obtuvo un vidrio llamado Favrile, una composición de diferentes vidrios de colores que se mezclaban en caliente y resultaba un material iridiscente. Una innovación propia que supuso lo más característico de sus creaciones. En 1878 abrió su taller de vidriería donde también se fabricaba vidrio. Combinaba el vidrio opalescente con el vidrio antiguo. Entre estos nuevos procedimientos con los que experimentaba también utilizaba la superposición de vidrios, con el que obtendría diferentes tonos. Este proceso concedía a las vidrieras de Tiffany un gran espesor, pero a pesar de esto el vidrio conservaba aun su transparencia.

Vidriera de Louis Comfort Tiffany-Indianapolis,1904

   A finales del siglo XIX la sociedad inglesa The Cloisonné Glass Co. fabricó un nuevo material de vidrio que se obtenía empleando la técnica basada en el cloisonné de esmaltes. En sus inicios este tipo de vidrio sólo se obtenía en Londres, pero poco a poco se fue introduciendo en Europa y finalmente en Estados Unidos. Esta sociedad ofrecía una propuesta de 800 vidrios diferentes que variaban su coloración, tamaño o forma. En Barcelona este vidrio fue utilizado en 1899 por la firma Frederic Vidal que se dedicaba a la decoración de interiores.

   En este periodo surge un nuevo movimiento artístico, el Modernismo, que pretende romper la barrera impuesta entre las artes hasta ese momento. Tuvo una mayor influencia en la arquitectura y en su relación con las artes aplicadas. El círculo de William Morris, el prerrafaelismo, o los arquitectos Charles Rennie Mackintosh, Antoni Gaudí, Hector Guimard y Víctor Horta, pusieron las bases de este nuevo movimiento artístico que rompía con los academicismos del arte realizado hasta entonces, utilizando nuevos materiales e investigando nuevas posibilidades con la luz. Se elimina la distinción entre arquitectura y las artes que la decoran, las obras pasan a ser un todo que comparte la misma importancia. Hay una introducción de temática social que amplía el repertorio iconográfico de las artes decorativas. La burguesía, sintiéndose amenazada a nivel político, se refugió en el mundo de ensueño de la decoración, creando un movimiento postromántico de huida del prepotente mundo de la industria. Los artistas vuelven a mirar la naturaleza, siendo la flora exótica bajo las filigranas de las cúpulas de cristal un solicitado ornamento. Esta evolución estilística e iconográfica de las vidrieras se debe sobre todo a las innovaciones en el campo técnico que se producirán en los diferentes centros. En Francia es llamado Art Nouveau, en Italia estilo Floreal y Liberty, en Alemania Judendstil, en Austria Secesión o en Cataluña Modernismo.

   La primera casa que podemos denominar plenamente modernista en Europa es la Maison Tassel de Bruselas, diseñada por el arquitecto belga Víctor Horta en 1893. Las vidrieras forman una parte esencial de su decoración. En Bruselas también encontramos a Henri Van de Velden.

   Francia tiene como centro más importante la Escuela de Nancy o el taller de los hermanos Daum, con figuras destacadas como Jacques Gruber y Émile Gallé que realizaron objetos sobreponiendo capas de vidrio de colores a una capa incolora. El Art Nouveau debía mucho al arte japonés que se había convertido en uno de los principales objetivos de los coleccionistas. Surgen así tiendas como Art Nouveau de Samuel Bing, que dio nombre al movimiento, o La Maison Moderne de Van de Velden, ambas dedicadas a las vidrieras y donde trabajaban artistas como Frank Brangwyn, John La Farge o L. C. Tiffany. Se decoran locales destinados a la clientela selecta, como el restaurante Chez Maxim's de París o Le Train Bleu de la estación Gare de Lyon de París.

    En Italia una muestra de este nuevo arte son las vidrieras alegóricas que creó Giovanni Beltrami para el casino de San Pellegrino.

   En Alemania el movimiento Judenstil tuvo gran influencia sobre la vidriera civil que empezaba a ser objeto de experimentación por parte de algunos maestros.

   El grupo de la Secesión en Austria sigue los preceptos del Art Nouveau. Busca la inspiración en una antigüedad pagana, en un mundo plagado de dioses mitológicos. El pintor Kolo Moser aplica los nuevos preceptos de la Secesión a la iglesia de Sankt Leopold Am Steinhof de Viena. Otro Barth realizó las vidrieras del Hotel Herzogshof que se encuentra en los baños termales de Base.

    En la Península Ibérica el Modernismo tuvo su papel principal en Cataluña. Allí significó una inyección de nacionalismo y uno de los momentos más emblemáticos de la historia de Cataluña. Hubo una revolución que buscaba el progreso y la vanguardia artística centrándose sobre todo en el espíritu nacional. Se quería romper los límites entre los géneros y hacer un arte nuevo e imaginativo. Las fronteras del arte se ampliaron y se difuminaron, haciendo que las diferentes artes se mezclasen y participasen en un mismo proyecto. Se pueden citar los siguientes ejemplos de vidrieras modernistas en Cataluña:
  • Hospital de Sant Pau de Barcelona, la casa Thomas, la casa Navás, la casa Lleó Morera o el Palacio de la Música, de Lluis Doménech i Montaner y Antoni Rigalt. Doménech formó un equipo de trabajo alrededor de su taller El Castell dels tres Dragons, que se dedicaba a todo tipo de artes, integrando todas las artes en un edificio. Colaboró en multitud de ocasiones con Antoni Rigalt, como se observa en el Palau de la Música Catalana, en el cual arquitectura y vidrieras se integraron perfectamente, destacando la función del vidrio como separador de espacios.
  • Las vidrieras de la Caixa d'Estalvis de Sabadell, donde representaron el Comercio, la Industria y la Agricultura alegóricamente con un estilo muy realista y la gran vidriera de la casa Pérez Samanillo donde un vidrio de grandes dimensiones representa alegóricamente la Fe, con un estilo parecido a la obra citada anteriormente, ambas de Joseph Mauméjean i Guereta.
Alegoría a la Industria.
  • Las catedrales de Vic y Girona y las iglesias del pi o de Santa María del Mar de Barcelona, de Lluis Oriach.
  • Los ventanales de la escalera de Bellesguard, en la cripta de la Colonia Güell, la casa Batlló o la catedral de Mallorca, de Antoni Gaudí.
  • La casa de las Punxes de Joseph Puig i Cadafalch.

BIBLIOGRAFIA:
  • Lawrence lee, George Sedddon y Francis Stephens: Vidrieras. Ediciones Destino, S.A., Barcelona, 1987.
  • Joan Vila-Grau y Francesc Rodon: Las vidrieras modernistas catalanas. Editorial Poligrafa, Barcelona, 1983.